
Tanto que se había quejado de mis defectos, que era maniática, mentirosa, sucia, monótona, cleptómana y tantas cosas más.
Y entonces por qué se enamoró de mí?
¿Por qué me lloraba cada vez que yo agarraba mis cuatro pilchas y me iba?
¿Por qué se arrodillaba frente a la puerta para que no me fuera?
Acaso alguien me lo puede explicar, eso sí que no sea psicólogo porque esos están más jodidos que yo, imagínate ocultarse tras ese título por necesidad primero de entenderse a ellos mismos, y luego para inventarnos enfermedades imaginarias como las del "Malade Imaginaire". Yo, una mujer con un par de tetas increíbles, un culo que ya lo desearía la Bolocco, con un aguante... Ay, DIOS mío!
Nací para amarlo y él lo sabía, pero la envidia que sentía por mí lo superó, lo convirtió en la basura que me tocó recoger cada día en la entrada de nuestra pocilga. Debo haber soportado 15 violaciones, 30 puñetazos, 3 puñaladas, 48 patadas y 5 mordiscos durante los 6 años que viví con él y se preguntarán, por qué?
Creo que fue amor, o tal vez calentura y quizá fue eso con una cucharada colmada de televisión. Teníamos el mejor sexo y la adrenalina se apoderaba de mi sistema nervioso central cada vez que me mordía o me daba de puñetazos.
El conjunto de estos factores me convirtió en lo que hoy soy, una puta de no más de 10 mil pesos, con un estómago digno de 5 completos al hilo, 8 cervezas y 1/2 kilo de pan con pebre. Nadie me aprecia y para qué, si ni siquiera yo lo hago. Con él lo perdí todo, desde mis anillos de fantasía hasta la chaqueta que me compré en la ropa americana.
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